Pintura de Zdzisław Beksiński |
pero no canta.
La sirena está en el agua,
pero no nada.
La sirena se arrojó al mar,
para acallar la angustia de vivir en tierra.
La luna riela sobre ella,
la tiñe de plata y fantasma;
la besa.
El ahogado la abraza, llora y grita,
cubierto a medias por la corriente,
mientras las olas disuelven
el cuerpo de una sirena de agua.
Oh, sí, él grita,
exactamente
como lo hacen las serpientes.